1. Tensión muscular

  • Mala postura (especialmente al usar el celular o trabajar en la computadora).

  • Dormir en una posición incómoda.

  • Estrés o ansiedad (puede provocar que los músculos del cuello se tensen).

2. Problemas en las articulaciones

  • Desgaste natural por la edad (como la artrosis cervical).

  • Cambios degenerativos en las vértebras o discos.

3. Lesiones

  • Latigazo cervical (whiplash), común en accidentes de tráfico.

  • Golpes o caídas que afecten la zona del cuello.

4. Hernia discal cervical

  • Un disco entre las vértebras puede desplazarse y presionar un nervio.

5. Compresión de nervios

  • Puede causar dolor que se irradia hacia los hombros, brazos o incluso dedos.

6. Enfermedades o infecciones

  • Meningitis (rara, pero grave; viene acompañada de fiebre y rigidez en el cuello).

  • Artritis reumatoide o infecciones en las vértebras (más raro, pero posible).

Si el dolor es leve y se debe a tensión o mala postura, suele mejorar con descanso, calor local y estiramientos suaves. Pero si es intenso, persistente o se acompaña de síntomas como fiebre, debilidad, hormigueo o pérdida de movilidad, lo mejor es consultar a un médico.

Recomendaciones para evitar lesiones o dolor en el cuello:

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